jueves, 13 de octubre de 2022

El defensor de Valores,

el mundo deportivo parece tener editores de senderismo en el Nepal, o no me explico como

tal desfachatez puede llegar a publicarse. Albert Jorquera dice: 

“Tal como nos planteamos también, la cada vez mayor presencia de estos atletas planteaba no sólo una amenaza para el dominio europeo y americano de esta disciplina, sino también un posible jaque a los valores que hasta ahora han imperado en el deporte, incluyendo el dopaje.” 

Es la reflexión de la que es capaz de generar, viéndose con un caso de dopaje en su deporte preferido. Hasta hoy desconocía este personaje. Tras ser instruido entiendo por qué. No conozco los servidumbres de Salomón en España, fallo mío. En redes sociales se estila como embajador del deporte, un poco demasiado ambicioso para mi gusto. Pero vamos a lo que ha dicho. 

Comienza fuerte en plural ("nos planteamos"), ósea presume de un colectivo que tiene detrás, que apoya o comparte su visión. Quiere decir que se presenta como entendedor de la materia y que puede hablar en nombre del colectivo. Acto seguido, cambia a lenguaje bélico y prevé una “amenaza” para la dominancia de ciertos países en su deporte preferido. Además dice que la participación de atletas de estos países (y los casos de doping que aquello conlleva) puede llegar a poner en un punto muerto estratégico (jaque), unos supuestos valores de su deporte. Busco sin encontrar un estatuto de los corredores de Trail a nivel mundial en los que se habla de estos valores, tal como lo tiene por ejemplo cada asociación de atletismo o cualquier entidad de actividad lúdica sin ánimo de lucro. Curiosamente, el marketing de las marcas pertinentes de material técnico de Trail running están llenas de estos valores. Ahora sé al menos a cuáles (valores) se refiere, y hay que estudiar los mensajes de publicidad. Concluyó que sus valores deben venir de allí. Es obvio que valores de un colectivo de gente no se puede inventar cada uno por separado , sino no serían valores de un colectivo. 

Pero salimos un poco de su presunción de ser el que puede dar voz a su colectivo en base a unos valores o reglas no escritas. Vamos a la sintaxis y estas tres palabras: “Amenaza, dominio, jaque de valores.” Yo me pregunto de que tiene miedo este chaval? Que vengan los keniatas y que durante 30 años no vemos otra gente en los top 10 que “estos atletas”? Tiene miedo que todos estos lleguen, hasta la cejas de EPO, marihuana y  corticoides, no dejan ganar ya a los que representan sus valores? ¿Quiénes son estos? ¿Los seis que han pillado en la la ultra de la isla reunión 2015? ¿El ecuatoriano? ¿La italiana? el vasco? ¿Los cientos de europeos y americanos que dan positivo cada año en eventos de Trail sin que las organizaciones lo publican.? No creo, creo que tiene miedo quedarse en la irrelevancia porque el Trail aún está muy lejos de los máximos rendimientos que puede obtener el individuo. Solo es cuestión de tiempo de que van ganando aquello que más desesperadamente necesitan la victoria porque viven de ella.

Hasta hoy el trail es un deporte de pijos de clase media/alta occidental. Allí también hay ambición pero no es nada comparado con el fuego y la determinación que uno genera viniendo de la pobreza absoluta. Salomón está invirtiendo mucho dinero en explotar el nuevo mercado en áfrica, cada vez más trae atletas de allí, hace conocida la marca en el continente a través de atletas suyas de éxito, 2 mil millones potenciales futuros consumidores. El social Community Manager de Salomón España (o del valles oriental? no me ha quedado claro) tiene miedo de lo que está creando y fomentando su propia marca. Parece que la amenaza es que se queda pronto sin el trabajo precario auto-explotador que tiene, y toca hacer currar de verdad. (un poco como los calienta sillas de JuntsXcash que ahora hacen cola en la diputación de Barcelona para pillar algo)

Pero lo que más sorprende es que parece no entender que los organizadores de carreras, y las marcas que venden, viven del cuento que son todos una gran familia de gente honrada ecologista, y que el imperativo es “fair play” y “help each other” o "i am clean", hasta que vinieron los keniatas, claro. Ellos, muy organizados, serios, militarmente disciplinados y cazadores de victorias, para poner en jaque el cinismo neoliberal de las grandes marcas de Europa y Norteamérica, que llevan décadas contaminando sus tierras con fabricación de ropa deportiva y explotando sus economías. A Albert parece le faltaba que ahora vengan los keniatas y le quitan su dominio de héroe local, sus valores y su sueño. Solo le faltaba que venga un corredor cuyo nombre no sabe pronunciar y le ponga un espejo a su hipocresía occidental. Centenares de keniatas dopados/as que cambian cada año, que horror de verdad Albert? Que amenaza para tu vidilla de limpito y honrado arribista comercial. Es que de verdad...