jueves, 7 de octubre de 2021

Bernat Dedéu y el cinismo ilustrado


Hoy he tenido que ingerir este conjunto ecléctico de letras, palabras, frases y párrafos. Suelo leer a la gente que reclama entender algo de la sociedad. Esta vez el hambre me hizo entrar el texto y el asco bajarlo. 

T. W. Adorno siempre se quejó de la ineptitud intelectual de los comentaristas de cultura.
Demostraba su incapacidad de desvincularse de las dependencias de la industria cultural/mediática y por tanto su razón de existir generalmente. Leo esto de Dedéu, y es como tener un ejemplo delante que Adorno hubiese querido para demostrar la certeza de su conclusión.

Antes el oficio de los Dedéu se llamaba “crítico social/cultural”. Era gente que solía acabar en la cárcel por decir verdades sobre el régimen de su momento. Después de la segunda guerra mundial, decía Adorno, no tenía sentido ya ser crítico de nada. El nuevo régimen es la industria cultural, y de los medios de comunicación, se dedica a replicar la realidad injusta en las obras de ficción. La injusticia social se reproduce en los sueños y fantasías de la gente, en las obras de imaginación para el pueblo. Alguien se ha preguntado porque en Harry Potter hay una familia muy pobre, aunque todo el mundo podía hacer magia? Pues, eso.

Los Dedéus de hoy van en sintonía con el desarrollo industrial y tecnológico porque viven de él. El crítico cultural de hoy es un promotor de la industria mediática y entretenimiento. Los Dedéus de hoy escriben poemas de homenaje a los tiranos porque existen gracias a ellos. Como si el dinero viejo del que viven no les alcanzara para comerse el coco un poco más.

La realidad es que ninguna editorial con criterio serio, publicaría este conformismo resignado y oportunista. Así son las “social media” que a los Dedéu de hoy les hace su paja mental narcisista, al menos, ya que nadie paga por sus textos. `

Pero hasta allí llegan los Dedéu de hoy. Cuando el tirano de turno les paga el ego y algo de propina, se convierten en firmes defensores de un grotesco mecanismo de explotación, exclusión e vigilancia. Solo para justificar su no critica, desmitifican lo que ni ellos han entendido a fondo. Los Dedéu de hoy no tienen hilo ético, ni siquiera utilitarista, que sería algo.